La hora de comer con su hijo puede ser frustrante. Esto es especialmente cierto si se trata de un comedor exigente, o una personalidad especialmente obstinada. También puede ser dañino si a tus hijos no les gusta una comida que has trabajado duro para hacer. Encontrar un equilibrio entre la buena nutrición y la comida que sus hijos realmente comerán puede ser difícil, pero hay varias cosas que puede hacer para que los niños coman mucho más fácilmente.

Método uno de tres:
Hacer la comida divertida

  1. 1 Cocina con tus hijos Involucrar a sus hijos en el proceso es una excelente manera de hacer que se interesen más por la comida. A la mayoría de los niños también les encanta "ayudar", así que solicite ayuda cuando prepare su próxima comida. Tratar la cocina como una manera divertida de pasar tiempo juntos hará una impresión positiva en su hijo. Esto les hará sentir más curiosidad por probar el producto terminado, aumentando aún más las posibilidades de que sus hijos quieran comer la comida.[1]
    • Designe tareas específicas para su hijo. Si son muy pequeños, déjalos que te ayuden a remover algo, o agita el frasco para mezclar el aderezo para ensalada.
    • Elija el momento adecuado. No espere que los niños disfruten ayuda si tiene un horario apretado y se apresura a hacer todo. En su lugar, intente cocinar juntos en una noche cuando no se apresure.
    • Asegúrate de enfatizar la seguridad. No solo quiere que sus hijos aprendan sobre la comida, sino que quiere que aprendan que los cuchillos y las estufas no son juguetes.[2]
  2. 2 Permita que los niños tomen sus propias decisiones. A medida que crecen, los niños comienzan a afirmar su independencia. Una excelente manera de facilitar este proceso es permitirles tener alguna información sobre los alimentos que comen. Si tiene problemas para que su hijo coma, intente ofrecerles un par de opciones diferentes.[3]
    • Presente dos opciones saludables como opciones. Por ejemplo, puedes decir "¿Prefieres tener guisantes o espinacas a tu lado esta noche?"
    • Cuando le ofrezca a su hijo alimentos nuevos, haga que califiquen o califiquen cada uno. Intenta decir: "Aquí, prueba un poco de camote. ¿Qué piensas?" Esto le muestra a su hijo que le interesa lo que piensan.
  3. 3 Deja que tus hijos te ayuden a comprar. Trate de llevar a sus hijos a la tienda de comestibles con usted. Puede ser divertido para un niño ser designado "selector de productos". Pregúntales a tus hijos qué se ve bien. Aliéntelos a probar nuevos artículos. Sus hijos estarán más interesados ​​en comer si ellos mismos han elegido algunos de los ingredientes.[4]
    • Trate de llevar a sus hijos al mercado local de agricultores. Esta puede ser una forma divertida de presentarles alimentos nuevos y saludables.
    • Antes de comprar, pídales a sus hijos que lo ayuden a planificar su menú para la semana. Escuche sus ideas y tome algunas de sus sugerencias.
  4. 4 Jazz hasta comidas ordinarias. Cuando se trata de un comedor quisquilloso, puede ser difícil convencerlos de que la hora de la comida puede ser divertida. Trate de hacer que cada comida parezca una ocasión, en lugar de una tarea rutinaria. Por ejemplo, podrías tener una noche temática para la cena.[5]
    • Tu tema no es complejo. Puede ser tan simple como "Los alimentos favoritos de nuestra familia", pero hará que la cena parezca más una fiesta.
    • Intenta cortar los alimentos en formas interesantes. Un sándwich con forma de estrella, por ejemplo, es más divertido que un sándwich normal.
    • Pon caras en panqueques con pasas o rodajas de banana.
  5. 5 Haz que la atmósfera sea divertida. Al hacer que la hora de la comida sea divertida, puede ayudar a que los alimentos sean más atractivos para sus hijos. Comprométase a tener una cena familiar cada noche, o tan a menudo como sea posible. En la cena, trate de hablar sobre temas optimistas y alegres. Tal vez incluso puedas tener una broma del día.[6]
    • Involucre a sus hijos en la diversión permitiéndoles ayudarlos a idear nuevas combinaciones de alimentos. Por ejemplo, permítales elegir algo nuevo para sumergir los vegetales, como un nuevo sabor de hummus o yogur.
    • Nombra algunos de tus platos favoritos. A los niños les gusta tomar posesión, así que cuando le gusta un plato, llámalo "Karen's Cheerful Chili".

Método dos de tres:
Encontrar soluciones creativas

  1. 1 Cocine las verduras en más alimentos. De todos los grupos de alimentos, los niños son más propensos a resistirse a comer sus verduras. Sin embargo, es importante que reciban al menos 5 porciones de verduras y frutas por día. Hay varias formas en que puede incorporar verduras en alimentos comunes sin que su hijo lo sepa.[7]
    • Por ejemplo, puedes hacer puré de batata o coliflor y agregarlo al mac y al queso.[8] También puede agregar estos purés a platos como sloppy Joe's.
    • Picar la espinaca finamente y agregarla a los huevos revueltos con queso.[9]
    • Pruebe hacer magdalenas de calabacín o pizza de corteza de coliflor.[10]
  2. 2 Encuentra golosinas saludables. Comer demasiada azúcar puede ser dañino para la salud de su hijo. Mantenga su casa abastecida con refrigerios y golosinas saludables. Su hijo solo puede comer lo que tiene en la casa, por lo que debe asegurarse de que haya muchas opciones saludables disponibles.[11]
    • Si su hijo le pide dulces, trate de ofrecerle algunas fresas frescas bañadas en salsa de chocolate como una alternativa más saludable.
    • La fruta seca es ideal para tener a mano un refrigerio saludable y dulce.
    • También puede hacer sus propias paletas de fruta fresca para tener a mano para un postre saludable.
  3. 3 Predicar con el ejemplo. La mejor manera para que los niños aprendan es modelar un comportamiento positivo. Puede dar un buen ejemplo probando una variedad de alimentos y probando cosas nuevas de manera entusiasta. También puede demostrar buenos hábitos alimenticios eligiendo bocadillos saludables para usted.[12]
    • Si su hijo lo ve agarrar una manzana como refrigerio, es más probable que lo hagan ellos mismos.
    • También puede establecer un buen ejemplo minimizando las distracciones. No permita la televisión u otros productos electrónicos durante la comida. Esto ayudará a que sus hijos se concentren en comer.
  4. 4 Establece una rutina. A los niños les gusta tanto la rutina como la predictibilidad. Los hace sentir seguros y estables. Trate de alimentar a su hijo aproximadamente a la misma hora todos los días. Propóngase tres comidas y dos refrigerios cada día.[13]
    • Dales un aviso.Dígale a su hijo cuándo son 15 minutos antes de la hora de la comida. Esto les dará la oportunidad de acabar con cualquier actividad en la que estén involucrados y mentalmente hacer el cambio para centrarse en comer.
    • Deje en claro que las comidas son para pasar tiempo de calidad juntos. Pídale a su hijo que permanezca sentado en la mesa hasta que todos terminen de comer.
  5. 5 Suplemento con vitaminas A veces no puedes convencer a un niño pequeño de que coma sus verduras. Esto no significa que has hecho algo mal, o que hay algo mal con ellos. Es normal. Considere darles suplementos vitamínicos para asegurarse de que estén obteniendo los nutrientes adecuados.[14]
    • Hable con su médico antes de agregar vitaminas a la rutina de su hijo. A menudo, los niños obtienen más nutrientes de lo que usted cree. Esté preparado con una lista de todos los alimentos que su niño está comiendo para que se puedan hacer las recomendaciones apropiadas.
    • Si su médico recomienda agregar un multivitamínico, busque uno que sea apropiado para la edad de su hijo.
    • Deje en claro a su hijo que las vitaminas no son dulces. Manténgalos fuera del alcance.

Método tres de tres:
Comunicando efectivamente

  1. 1 Respeta a tu hijo Si puede comunicarse efectivamente con su hijo, podrá convencerlo de que desarrolle buenos hábitos alimenticios. Una de las maneras más efectivas de relacionarse con su hijo es tratarlo con respeto. Eso incluye respetar su apetito o la falta de eso.[15]
    • No intente forzar una comida con su hijo si no tiene hambre. En cambio, permita que se ajusten gradualmente a la rutina que ha establecido.
    • No sobornen a sus hijos para que coman. Eso podría resultar en una lucha de poder, y no es una buena idea que usted o sus hijos intenten usar la comida como arma.
    • En su lugar, ofrezca porciones pequeñas hasta que su hijo se acostumbre a comer cuándo y qué debe hacer. Las porciones más pequeñas evitan que los niños se sientan abrumados.
  2. 2 Se paciente. Recuerde que son niños. A sus hijos les puede tomar un tiempo adaptarse a cosas nuevas, y eso incluye comida. Si su hijo rechaza un alimento nuevo, no se dé por vencido. Puede llevar a un niño más de 10 veces antes de que comience a comer un alimento nuevo. No los obligue a comer la comida, pero continúe colocándola en su plato en pequeñas cantidades.[16]
    • Administre sus expectativas Recuerde que los niños aún no han desarrollado todos sus gustos. Es injusto esperar inmediatamente que a su hijo le gusten todas las comidas que le gustan.
    • Cuando introduce alimentos nuevos, concéntrese en otros rasgos que no sean el gusto. Por ejemplo, puedes decir: "Mira esta sopa. ¿No se ve deliciosa? También huele muy bien".
  3. 3 Establecer límites. Es importante ser paciente y respetuoso. Pero también es necesario recordar que como padre, usted está a cargo. Establezca límites claros con respecto a sus expectativas.[17]
    • Por ejemplo, no permita que sus hijos lo traten como a un cocinero de pedido corto. No tienes un restaurante. No tome "pedidos" para la cena.
    • En cambio, involucre a sus hijos en la toma de decisiones. Y pídales que le muestren el mismo respeto que les muestra.
  4. 4 Habla con tu doctor Si le preocupa que su hijo no esté recibiendo los nutrientes adecuados, debe hablar con su pediatra. Explica la situación y pide consejo. Tome notas de lo que come regularmente su hijo y llévelas con usted a la cita. Esa es información útil para su médico.[18]
    • Pídale a su médico que presente un plan de alimentación que sea nutritivo y que sea aceptable tanto para usted como para su hijo.