El olor a pies, o bromodosis, es causado por bacterias que prosperan en el ambiente húmedo de sus pies y zapatos.[1][2] En la mayoría de los casos, puede reducir o evitar este desagradable problema con unos simples pasos. Cualquier tratamiento para prevenir el mal olor del pie debe concentrarse en dos cosas: usar el calzado adecuado y controlar el sudor y la humedad.[3]

Método uno de dos:
Elegir el calzado adecuado

  1. 1 Use zapatos hechos de materiales que disuadan el olor del pie. Los zapatos de plástico y nylon dificultan la ventilación de los pies y pueden empeorar los olores. Elegir calzado hecho de cuero, lona, ​​malla y otros materiales transpirables ayudará a prevenir el olor.[4][5]
    • Usar zapatos abiertos en el verano (cuando puede ser especialmente caluroso y / o húmedo) y caminar descalzo cuando está en casa también ayudará a prevenir el mal olor de los pies.
  2. 2 Trate de no usar el mismo par de zapatos dos días seguidos. Esto les permitirá a sus zapatos más tiempo para secarse antes de volver a usarlos. [6][7] También puede quitar las plantillas de sus zapatos (si corresponde) para acelerar el proceso de secado.[8]
    • También puedes intentar secar tus zapatos al sol. Mantener sus zapatos secos ayuda a reducir las bacterias que causan olor. El tiempo que pase bajo el sol y el aire fresco puede acelerar el proceso de secado y puede desodorizar sus zapatos.[9]
    • Puede acelerar el tiempo de secado de los zapatos al rellenarlos con un periódico viejo que absorberá la humedad más rápido que dejando que los zapatos se sequen al aire.
    • Si no puede eliminar el olor de sus zapatos, deséchelos y reemplácelos por otros nuevos.
  3. 3 Ponte calcetines limpios. El uso de un par de calcetines limpios todos los días mantendrá a raya la humedad, las bacterias y el olor. [10][11][12]
    • Si suda excesivamente, cambiar los calcetines con mayor frecuencia ayudará a reducir el olor.
    • El uso de calcetines acolchados proporcionará material adicional para absorber la humedad del pie y así controlar el olor.
    • Calcetines de algodón o lana son mejores, en lugar de nylon u otras fibras sintéticas.
  4. 4 Use calcetines con zapatos cerrados.[13] Esto ayudará a evacuar la humedad de sus pies, pero evitará que la mayor parte de ella sea absorbida por sus zapatos y eventualmente causará mal olor.
  5. 5 Pruebe las plantillas medicadas. Estos están hechos de diversos materiales que tienen un efecto desodorizante y que absorben la humedad de los pies. Si valoras las soluciones naturales, las plantillas con materiales antibacterianos como la canela o la madera son excelentes opciones. Dado que las plantillas de los zapatos normalmente absorben una gran cantidad de sudor que causa olores, estos productos son una gran opción para controlar el olor. [14]
    • Las plantillas medicadas se pueden comprar sin receta en farmacias y tiendas departamentales.
    • Simplemente quite las plantillas estándar de sus zapatos y reemplácelas con las plantillas medicadas.

Método dos de dos:
Previniendo la sudoración y los problemas de humedad

  1. 1 Lávate los pies con frecuencia. Bañarse los pies todos los días en agua tibia ayudará a reducir el olor a pies.[15][16][17]
    • Use un jabón antibacterial suave.
    • Sécate bien los pies después del lavado. No te olvides de secar entre los dedos de tus pies.
  2. 2 Empapa tus pies Una variedad de baños para los pies puede ayudar a reducir o prevenir los olores de los pies:[18]
    • Haga una mezcla de una parte de vinagre por dos partes de agua.[19] Remoje sus pies en esto durante treinta minutos a la vez según sea necesario.
    • Remoja tus pies en un té negro fuerte durante treinta minutos al día.[20][21] Use dos bolsitas de té de tamaño regular por cada medio litro de agua. Hierva durante quince minutos, y luego agregue dos litros de agua para que el té se enfríe lo suficiente como para empapar sus pies. Remojarlos durante treinta minutos al día durante una semana. Debido a que es ácido, el té tendrá un efecto antibacteriano que puede reducir el olor del pie.
    • Disuelva un puñado de sal kosher en agua tibia y sumerja los pies en la solución durante treinta minutos, según sea necesario.[22] Ningún estudio científico muestra concluyentemente que la sal previene el olor a pies. Sin embargo, puede secar la piel, reduciendo potencialmente la humedad y, por lo tanto, el olor.
    • Exprime el jugo de un limón en una tina de agua lo suficientemente grande como para colocar los pies y sumergir los pies en la solución.[23] El jugo de limón tiene propiedades antibacterianas y puede ayudar a eliminar las células muertas de la piel. Esto puede ayudar a reducir el olor del pie.
    • También puede agregar algunas gotas de aceite de árbol de té, que tiene un agradable aroma y propiedades antibacterianas.[24]
  3. 3 Use polvos para pies. Una variedad de polvos para pies medicados e ingredientes caseros simples pueden ayudar a reducir o prevenir los olores de los pies. Tome una pequeña cantidad del polvo elegido y frótelo sobre los pies. Use un paño suave para desempolvar ligeramente los que se tuesten. Los polvos comunes usados ​​para controlar el olor del pie incluyen:[25][26]
    • Maicena.
    • Bicarbonato de sodio.
    • Talco para bebés.
  4. 4 Use un desodorante o antitranspirante. Rociar sus pies con antitranspirante o desodorante ayudará a prevenir el mal olor de los pies. Existen sprays especializados para los pies, pero los aerosoles antitranspirantes o desodorantes regulares también funcionan bien.[27]
    • Los desodorantes y antitranspirantes roll-on sin receta o recetados también pueden ser efectivos.
    • También hay desodorantes para pies especiales, como el spray desodorante Elite Foot.
  5. 5 Cambia tu dieta Los alimentos y bebidas que consume pueden contribuir al olor corporal.[28][29] Si tiene un problema con el olor a pies, es posible que la eliminación de ciertos alimentos y bebidas de su dieta pueda reducir el problema. Los alimentos, bebidas y especias comunes que se cree que contribuyen al olor corporal incluyen:[30]
    • Bebidas con cafeína.
    • Alimentos que contienen compuestos de azufre, como cebollas, ajo y coliflor.
    • Carne roja.
    • Alcohol.
    • Las especias de olor fuerte, como el comino o la alholva.