El tartamudeo es común en los niños que dominan sus habilidades lingüísticas, y generalmente ocurre entre las edades de tres y seis años.[1] No hay cura para el tartamudeo, pero los tratamientos de logopedia están disponibles y son muy efectivos. Trabajar con su hijo en el habla y el lenguaje ayudará a manejar el problema de manera efectiva. Ayude a un niño que tartamudea iniciando conversaciones sencillas, tranquilizándolos y aceptándolos, y buscando ayuda profesional.
Parte uno de tres:
Interactuando con su hijo
- 1 Inicie conversaciones con su hijo con frecuencia. Puede hacer que su hijo practique la correcta formación de la palabra en el momento que considere más adecuado. Intente elegir un momento en que su hijo esté tranquilo y no demasiado distraído. Pacientemente y con calma, deje que su hijo tenga tiempo para completar sus oraciones y déjelos hablar sin interrupciones.
- La cena es un buen momento para las conversaciones familiares. Limite las distracciones como la televisión y los teléfonos celulares.
- 2 Tenga algún tiempo individual con su hijo. Elija una actividad que le guste a su hijo cuando no sea necesario hablar. Esto generará una confianza muy necesaria entre usted y su hijo.[2]
- Cualquier conversación que ocurra debe ser tranquila y lenta. Esto no significa que deba hablar de forma antinaturalmente lenta. Simplemente mantenga su ritmo constante y estable y espere pacientemente a que su hijo responda en lugar de apresurar sus oraciones.[3]
- Durante las conversaciones, demuestre que está contento y no disgustado con la forma en que su hijo habla para que se sientan seguros y aceptados.
- 3 Demuestre que está interesado en lo que su hijo tiene que decir. Puede utilizar el lenguaje corporal para escuchar, como el contacto visual, asentir y una sonrisa cálida. Hable con pausas ocasionales para permitir que su hijo realmente lo entienda. Esto también alentará a su hijo a hablar más despacio y permitir que todo se procese correctamente.[4]
- Espere unos segundos después de que su hijo termine una oración antes de responder. Mantener el ritmo relajado le ayudará a su hijo a sentirse más cómodo hablando.[5]
- 4 Pregúntele a su hijo menos preguntas. Un simple "¿Cómo estuvo tu día?" Está bien. Sin embargo, los niños se sienten más cómodos expresando sus propias ideas que respondiendo preguntas. Tampoco se sentirán "puestos en el lugar" y, por lo tanto, se congelarán y tartamudearán.[6]
- Comente lo que dice su hijo para que se lo aliente a continuar hablando. Esto inspirará más confianza que una sesión de preguntas y respuestas.
- Reitera que el contenido de lo que dice tu hijo es más importante para ti que la forma en que habla. Esto puede ser un comentario como "¡Estoy tan orgulloso de que comas tu almuerzo todos los días!"
- 5 Pregúntele a su hijo cómo puede ayudar. Pregúntele a su hijo por qué creen que comenzaron a tartamudear. A menudo sabrán y dirán algo así como: "Me pongo nervioso cuando hablo frente a mis compañeros de clase" o "No soy muy bueno para leer en voz alta". Luego, pregúntele a los niños qué creen que se puede hacer para ayudarlos. .
- Por ejemplo, si su hijo tartamudea porque le cuesta leer en voz alta, léale en voz alta a menudo en su casa y pídales que le lean en voz alta. Esto hará que la lectura en voz alta sea más cómoda y familiar para su hijo.
Parte dos de tres:
Tranquilizar a su hijo
- 1 Acepta a tu hijo tal como es. Los niños que tartamudean a menudo se avergüenzan y se avergüenzan de la forma en que hablan. Sé solidario y paciente. Recuérdele al niño que tiene suficiente tiempo, reserve tiempo para escucharlos y no se apresure en estos momentos. Puedes poner tu mano en su hombro cuando parezcan abrumados para recordarles que estás aquí para ellos. Además, con frecuencia puedes decirles que los amas sin importar nada.
- Reconozca el tartamudeo y dígale a su hijo que está bien. Considere decir algo así como: "parece que a veces tiene problemas para hablar, pero no tiene que preocuparse por eso". Vamos a tratar de trabajar juntos en eso ".
- Si siente que está perdiendo la paciencia, deténgase, tome una respiración profunda y diga algo como: "Sentémonos juntos un poco más tarde y hablemos", y pasemos a otra cosa.
- Nunca use el tartamudeo de su hijo contra ellos.
- 2 Desarrolle la confianza y la autoestima de su hijo. Crear confianza a menudo ayudará a disminuir la tartamudez y fomentar la comunicación. Elogie a su hijo por progresar y dígales que está orgulloso de ellos. Si crees en tu hijo, su confianza se disparará.
- Simplemente puede decirle a su hijo que los ama, o consolarlos cuando se sienten frustrados. Asegúreles que la tartamudez no es un gran problema, y que pueden manejarlo si trabajan lo suficiente.[7]
- Felicite a su hijo si nota que sus oraciones se vuelven más largas y su tartamudeo ocurre con menos frecuencia. Di positivo, animando cosas como "¡Eso estuvo muy bien!" Y "Creo que tu tartamudez está mejorando".
- Inscriba a su hijo en una actividad en la que se destaque. Esto puede ser un deporte, bailar pintura, cualquier cosa que disfruten y distraerse del tartamudeo.
- 3 Deje que su hijo hable por sí mismo y termine sus propias oraciones. Nunca trate de hablarle a su hijo ni le explique a los demás lo que cree que le está diciendo, o puede dañar su confianza. En cambio, puede dejar que su hijo se apropie de sus oraciones para que sientan que realmente escuchan lo que tienen que decir. Esto hará que su hijo se sienta valorado en lugar de rendirse.[8]
- Encontrará que la mayoría de la gente acepta y es paciente con un niño que tartamudea. Deje que el adulto escuche y acepte al niño. No hay necesidad de explicar el tartamudeo, ya que es muy obvio.
Parte tres de tres:
Buscando ayuda profesional
- 1 Consulte con el maestro de su hijo para obtener recursos. Esto debe hacerse tan pronto como se detecte cualquier tipo de tartamudeo repetido.Pregúntele al maestro de su hijo su opinión sobre si realmente necesitan tratamiento. Esta es también una buena manera de ver cómo habla su hijo en clase.
- Si su hijo está en preescolar, puede llamar a su distrito escolar local y pedir que se evalúe a su hijo por tartamudeo. Busque en su directorio telefónico en línea en "Educación especial".[9]
- 2 Aproveche cualquier asesoramiento que su escuela ofrezca. La mayoría de las escuelas ofrecen consejeros en el lugar que pueden trabajar uno a uno con su hijo. Cualquier tratamiento puede incluso hacerse durante el horario escolar, lo que le ahorrará un impulso adicional a la oficina de terapia del habla.[10] De lo contrario, puede pedirle al maestro de su hijo una referencia o recomendación para el tratamiento.
- 3 Informe a las personas que interactúan con su hijo regularmente sobre cualquier terapia que se realice. Esto puede incluir al maestro de su hijo, cuidador, familia, cualquiera que vea a su hijo regularmente. Dígales a todos que su hijo ha empezado a tartamudear y explíqueles qué tipo de terapia está haciendo su hijo. También pídales que tengan paciencia cuando su hijo hable. Esto evitará que cualquier persona involuntariamente haga que su hijo se sienta ansioso por la presión de hablar correctamente.[11]
- 4 Escuche todo lo que el terapeuta del habla de su hijo tiene que decir. El terapeuta del habla de su hijo tiene años de experiencia en este campo, así que tome todo lo que tenga que decir con seriedad. Asegúrese de que el niño tenga citas frecuentes con el terapeuta. Siéntase libre de hacer cualquier pregunta si algo no tiene sentido. Si no ve una gran mejora en el tartamudeo de su hijo, informe al logopeda de su hijo para que pueda hacer ajustes al tratamiento.
- Tenga en cuenta que la mayoría de la tartamudez es transitoria y puede desaparecer por sí misma.
- 5 Intenta identificar la causa del tartamudeo. Siempre hay una razón subyacente para el desarrollo de la tartamudez. Es probable que su hijo tenga algún tipo de inseguridad que desempeñó un papel en el inicio de la tartamudez. Vaya a ver a un psicólogo infantil y trate de averiguar qué tipo de problemas tiene su hijo. Si bien es posible que nunca descubras la causa exacta del tartamudeo, al menos vale la pena intentarlo.
- Algunas cosas que podrían causar la tartamudez incluyen: mojar la cama, comenzar una nueva actividad, asistir a una nueva escuela, tensión en el hogar, etc.
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