El hecho de que un niño pequeño parezca triste no significa necesariamente que tenga una depresión significativa o esté deprimido. Sin embargo, dado que la depresión puede ocurrir durante todas las edades, es posible que sospeche que su hijo tiene depresión si el "blues" continúa por un tiempo prolongado o si su hijo muestra una falta continua de interés en las cosas que amaba. Este artículo te ayudará a verificar los síntomas y sugiere algunas formas de ayudar.

Parte uno de tres:
Buscando Síntomas

  1. 1 Tenga en cuenta que los signos de depresión en los niños a menudo son diferentes de los síntomas que se encuentran en los adultos. Para un niño, los síntomas pueden incluir:
    • Fatiga y dormir más
    • Irritabilidad
    • Regalando juguetes amados
    • Dolores y dolores inexplicables
    • Cada vez más aburrido y retirado
    • Permanecer en su habitación por períodos prolongados, especialmente para evitar la interacción familiar
    • Pérdida de interés en las cosas que les gustaban.
  2. 2 Escucha lo que dicen. La desesperanza y la impotencia pueden parecer conversaciones internas negativas. Por ejemplo, "No puedo hacer nada bien".
  3. 3 Observe cualquier distancia entre ellos y la familia. La depresión puede hacer que las personas se sientan no queridas y no deseadas (independientemente de la evidencia). Su hijo puede cuestionar cuánto se preocupa por ellos o si están disponibles para pasar tiempo con ellos.
  4. 4 Busque los síntomas físicos. Los niños pequeños pueden no entender las emociones muy bien, y se quejan de problemas físicos en lugar de los emocionales que lo causaron. Los dolores físicos que no pueden ser explicados por otra enfermedad pueden ser signos de depresión.
    • Dolores de cabeza
    • Dolores de estómago
    • Sensación de cansancio
    • Otros dolores y dolores
  5. 5 Mantenga un registro. Puede ser útil llevar un diario de los síntomas de su hijo y escribir notas sobre su comportamiento. Puede mostrar este diario a profesionales cuando busca ayuda para su hijo.

Parte dos de tres:
Ayudando a su hijo

  1. 1 Esté allí para su hijo. Aprenda cómo apoyar a su hijo y continúe apoyándolo. Presta mucha atención a cualquier sugerencia que tu hijo pueda tener sobre querer hablar; haz lo que puedas para que se sientan mejor sin desechar sus sentimientos.
  2. 2 Escuche con atención y ayúdelos a procesar sus sentimientos. Escuche cómo describen la situación, ayúdelos a identificar sus emociones y trate el problema como válido. Un crayón roto puede no significar mucho para usted, pero para un niño pequeño puede ser una terrible decepción. Intenta comprender cómo se sienten y respeta esos sentimientos.
    • "Pareces molesto. Tienes un ceño fruncido y estás mirando hacia abajo. ¿Te gustaría hablar conmigo sobre eso?"
    • "Entonces, ¿te sientes molesto porque no puedes encontrar tu gatito relleno?"
    • "Bueno, puedo ver por qué te sentirías frustrado por eso. Vamos a encontrar una manera de lidiar con este problema".
  3. 3 Recuérdales cuánto los amas. La depresión puede causar pensamientos irracionales acerca de no ser amado y no deseado, y puede combatir eso demostrándoles que están equivocados. Pase mucho tiempo con su hijo, abrácelos y dígales que los ama.
  4. 4 Se paciente. La depresión no es divertida, y es natural sentirse frustrado y preocupado a veces. Recuerde que su hijo no está deprimido a propósito. Su dolor emocional es genuino y te necesitan.
  5. 5 Deje en claro a su hijo que no los culpe. Regañar, gritar y "amor duro" no ayudan a la depresión, porque la depresión no es una opción. Trate a su hijo como si estuviera haciendo lo mejor que puede en una situación difícil.
    • Tenga en cuenta que la depresión puede disminuir la autoestima de los niños, por lo que pueden sentirse muy mal consigo mismos.
  6. 6 Trate a su hijo de la manera que le gustaría que lo trataran. La depresión es diferente para cada persona, pero independientemente de cómo se manifieste, siga mostrando su cuidado y apoyo para su hijo. Asegúrese de que su hijo siempre sepa que puede confiar en usted, tanto ahora como en otros momentos de angustia.

Parte tres de tres:
Busque ayuda profesional

  1. 1 Darse cuenta de que puede necesitar apoyo para saber cómo apoyar. No hay vergüenza en esto; los padres no nacen con una guía interna para hacerlo bien. Obtenga consejos de su médico, un maestro, un consejero o un miembro de su familia que haya pasado por esto antes.
    • Puede valer la pena programar varias citas con un psicólogo para usted. Un psicólogo ha manejado a gente deprimida antes, y puede darle buenos consejos.
  2. 2 Establezca un chequeo médico para su hijo. Otras enfermedades como la diabetes, la anemia, la mononucleosis o una infección simple pueden simular los síntomas de la depresión. También es muy útil contar con el apoyo de su médico para controlar la depresión infantil; una vez más, no hay una guía sobre cómo ayudar a un niño y su médico podrá darle buenos consejos.
    • Habla con tu médico sobre lo que está pasando. Pueden descartar otras enfermedades y luego darle derivaciones o prescribir medicamentos a corto plazo.
  3. 3 Obtenga un tratamiento efectivo. Si se aconseja y acuerda un medicamento, asegúrese de que el medicamento se administre correctamente y nunca se olvide. En términos de conversación y asesoramiento, asegúrese de mantener todas las citas con el terapeuta.
  4. 4 Apoye a su hijo y sea activo en su tratamiento. Mantenga el progreso de su hijo o la falta de progreso para que esté mejor equipado para ayudarlo. En cualquier momento en que te sientas incapaz de ayudar, date cuenta de que primero eres un padre amoroso y proporcionas amor, y que hay muchas personas capaces de ayudarte si lo necesitas.