La postura del ángulo reclinado (Supta Baddha Konasana) es una postura de yoga muy relajante que incluso los estudiantes principiantes de yoga pueden dominar. Esta pose restaurativa relaja el cuerpo, la mente y el espíritu. Sus beneficios incluyen presión arterial baja y alivio de la fatiga, la ansiedad y el insomnio. Al realizar esta postura, o asana, se extienden suavemente los músculos de la ingle y la parte interna del muslo, y se abre el cofre para permitir una respiración más profunda.
Parte uno de tres:
Entrar en la Pose
- 1 Siéntate derecho sobre una estera de yoga con las piernas juntas y extendidas directamente frente a ti. Tus rodillas se pueden doblar ligeramente si es más cómodo para ti. Su espalda no debe arquearse y su barbilla debe estar ligeramente metida en su pecho. Sus pies deben flexionarse con los dedos apuntando hacia el techo y sus manos pueden estar a los lados o descansando sobre la parte superior de los muslos.
Parte dos de tres:
Realizando la Pose
- 1 Doble las rodillas y dibuje los talones hacia la pelvis.
- 2 Presiona las plantas de los pies juntas mientras tus rodillas se abren en ambos lados tanto como sea naturalmente cómodo. Pueden llegar al piso, o pueden sentirse más cómodos flotando sobre el suelo; en este caso, coloque bloques, refuerzos o mantas enrolladas debajo de ellos para ayudar a desconectar sus músculos a medida que profundiza en la postura.
- 3 Inclínese hacia atrás y deje que sus codos descansen en el piso.
- 4 Continúa bajando todo el camino hasta la colchoneta hasta que tengas la espalda apoyada en el piso, usando los brazos y las manos como apoyo.
- 5 Inhale y deslice sus brazos alrededor y sobre su cabeza hasta que pueda juntar sus manos en una postura de oración con sus palmas tocando y sus dedos estirados y apuntando lejos de su cuerpo.
- 6 Mueva las nalgas de un lado a otro con un movimiento suave si desea ajustar su posición y alargar su columna vertebral. Continúe metiendo la barbilla un poco en el pecho para alargar aún más la columna vertebral y asegurarse de que sus hombros no se eleven hacia sus oídos.
- 7 Permita que su cuerpo se relaje. No intente empujar las rodillas hacia el suelo, sino que esté abierto para permitir que la gravedad las acerque lentamente al suelo.
- 8 Cierra los ojos y respira de manera natural a medida que continúas desenganchando tus músculos y permitiendo que tus ligamentos se estiren profundamente. Mantenga esta postura durante al menos 1 minuto.
Parte tres de tres:
Salir de la postura
- 1 Para salir de la postura, comience uniendo sus rodillas nuevamente. Siéntase libre de ayudarlos junto con sus manos.
- 2 Lentamente rueda hacia tu lado derecho y acurrúcate en posición fetal con tu cabeza descansando suavemente sobre tu brazo derecho. Doble su brazo izquierdo y coloque su palma en el suelo frente a su caja torácica. Descansa aquí con los ojos cerrados mientras te sientas cómodo.
- 3 Para volver a levantarse en una posición sentada, empuja hacia el suelo con la mano izquierda mientras enderezas la pierna izquierda y lentamente te levantas para sentarte.
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