El queso fundido se puede utilizar como una deliciosa salsa para muchos platos. El queso puede derretirse sobre la estufa o en el microondas. Asegúrese de elegir un tipo de queso que realmente se derrita y agregue algo de almidón y líquido para evitar que el queso se vuelva fibroso. Caliente el queso a fuego lento o en pequeños incrementos en un microondas hasta que empiece a derretirse.
Método uno de tres:
Selección y preparación de su queso
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1 Elija quesos más duros. Los quesos más duros tienen un punto de fusión más bajo. Estos quesos son los tipos que se utilizan con mayor frecuencia en las salsas, en platos como el queso a la parrilla y como base para sopas. Cheddar, Gruyere y queso suizo son excelentes quesos para derretir.[1]
- Los quesos con poca grasa se pueden derretir, pero pueden tardar más en fundirse y ser más duros durante la agitación.[2]
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2 Evita los quesos blandos. Los quesos bajos en grasa y de baja humedad, como el parmesano y el romano, se queman fácilmente y no se funden en una consistencia parecida a la de un chapuzón.[3] Los quesos extremadamente blandos, como el queso feta y la ricota, nunca se derriten y deben evitarse al hacer queso derretido.[4]
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3 Ralla, ralla o corta tu queso. El queso se derretirá más rápido si se corta en porciones más pequeñas. Ralla, ralla o corta el queso antes de fundirlo.[5]
- No hay una diferencia significativa entre rallar, triturar o rebanar. Puede usar la opción que le resulte más conveniente.
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4 Deje que el queso alcance la temperatura ambiente. Si funde el queso en frío, puede derretirlo lenta o irregularmente. Deje que el queso se asiente hasta que alcance aproximadamente la temperatura ambiente antes de intentar derretirlo.[6]
- La mayoría de los quesos llegarán a la temperatura ambiente en aproximadamente 20 a 30 minutos. No deje el queso reposando por más de dos horas.[7]
Método dos de tres:
Derretir el queso sobre la estufa
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1 Use una sartén antiadherente. El queso puede adherirse fácilmente al costado de una sartén o plato durante el proceso de fusión. Seleccione un plato con una capa antiadherente para derretir su queso para evitar este problema.[8]
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2 Coloque el queso a fuego lento. Coloque el queso sobre la estufa a fuego lento. Nunca comience a calentar el queso a fuego medio o alto, ya que esto causará que el queso se caliente de manera desigual.[9]
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3 Agregue una pizca de almidón de maíz y leche evaporada. Un poco de almidón y leche evita que el queso se separe demasiado rápido, dando como resultado una mezcla desigual y grumosa. La cantidad de cada uno variará, dependiendo de la cantidad de queso que se está derritiendo, pero solo necesita una pequeña pizca de cada uno para mantener el queso suave.[10]
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4 Prueba agregar queso americano. También puede agregar unas rebanadas pequeñas de queso americano, ya que este tipo de queso tiene propiedades que ayudan a que el queso se derrita sin problemas. Si no le importa el sabor del queso americano, agregue una o dos rebanadas a su mezcla de queso.[11]
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5 Agregue un ingrediente ácido como vinagre o cerveza. Si tu queso se llena de bultos, ya que se derrite, una pequeña cantidad de un ingrediente ácido puede ayudar. El alcohol, como el vino blanco o la cerveza, funciona muy bien y agrega sabor. Sin embargo, si prefieres no consumir alcohol, puedes probar con vinagre o jugo de limón.[12]
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6 Batir el queso continuamente. Use un batidor de alambre o un tenedor para batir continuamente el queso a medida que se derrita. Esto mezclará los ingredientes adicionales y también mantendrá la mezcla de queso suave.[13]
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7 Retire el queso tan pronto como se derrita. Debe retirar el queso de la estufa tan pronto como alcance la consistencia que desea. El queso tiene un punto de combustión bajo, por lo que derretir el queso por más tiempo de lo necesario puede causar que se queme.[14]
Método tres de tres:
Derretir el queso en el microondas
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1 Coloque su queso en un recipiente apto para microondas. El mejor fundido es el queso en un recipiente antiadherente. Sin embargo, puede ser difícil encontrar uno que quepa en su refrigerador. También puede funcionar un recipiente de cerámica u otro recipiente similar, aunque es posible que desee pulverizarlo con un aerosol antiadherente.
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2 Agregue un poco de almidón de maíz y leche evaporada. Antes de colocar el queso en el microondas, es necesario un poco de almidón y leche evaporada. Esto ayudará a que su queso se nuble durante el proceso de cocción. Las cantidades precisas variarán dependiendo de la cantidad de queso que se está derritiendo, pero solo debería necesitar una pequeña pizca de cada una.[15]
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3 Mezcle un ingrediente ácido. Un ingrediente ácido puede agregar sabor y ayudar a que el queso se mantenga suave mientras se derrite. El vino blanco y la cerveza pueden agregar sabor al queso a medida que se derrite. Si prefiere no agregar alcohol, pruebe con algo como vinagre blanco.[16]
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4 Derrita su queso en alto por 30 segundos. Coloque su queso en un plato seguro antiadherente para microondas. Microondas el queso durante 30 segundos en alto. Por lo general, este es tiempo suficiente para derretir adecuadamente el queso.[17]
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5 Retire y revuelva el queso. Revuelva el queso después de sacarlo del horno. Idealmente, se debe mezclar uniformemente con una textura suave y sin grumos. Si el queso aún tiene grumos y es algo sólido, regrésalo al microondas.
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6 Derrita el queso en intervalos de 5 a 10 segundos. Si el queso no se derrite después de 30 segundos, retírelo del microondas, revuélvalo y luego cocínelo en el microondas durante cinco a 10 segundos más. Mantenga el microondas en el microondas en intervalos pequeños hasta que alcance la consistencia que desea.