El coco rallado es un ingrediente que se usa en postres populares como pasteles, pasteles y macarrones. Puedes comprar coco rallado seco de la tienda, pero si quieres coco recién rallado, solo es cuestión de obtener un coco y seguir algunas técnicas simples. Para rallar coco, primero hay que abrirlo, luego usar un rallador de cajas o un procesador de alimentos para rallarlo. Finalmente, puedes secar tus copos de coco usando un horno o un deshidratador para lograr la misma textura que el coco rallado de la tienda.
Método uno de cuatro:
Comprando y abriendo el coco
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1 Compre un coco libre de grietas y daños. Antes de comprar su coco, examine la superficie del mismo para asegurarse de que no tenga grietas ni moho. Los cocos saludables serán pesados porque están llenos de líquido. Agite el coco para ver si puede sentir el líquido dentro.[1]
- El agua de coco ayuda a evitar que la carne blanca del coco se seque.
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2 Pincha el ojo del coco. El ojo del coco se verá como un círculo oscuro. A menudo hay ojos de árbol en el coco. Encuentra el más suave y presiona contra él con un objeto afilado como un cuchillo, un destornillador o un abrelatas. Su herramienta debe perforar fácilmente a través de la cáscara dura y en la carne del coco.[2]
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3 Drena el agua de la fruta. Una vez que haya perforado más allá de la cáscara dura, voltee el coco y drene el agua de un recipiente. Si lo desea, puede beber el agua de coco drenada.[3]
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4 Rompe el coco con el dorso de un cuchillo pesado. Gire el coco en su mano y golpee contra el costado con un cuchillo de cocina pesado. Asegúrese de que la cuchilla no esté frente al coco. Al girarlo, debería oír y ver que se abre.[4]
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5 Tira el coco contra una superficie dura para abrirlo. Coloque el coco dentro de una bolsa de plástico y tírelo con fuerza contra el piso de concreto o una pared de ladrillos. Esto romperá el coco y hará que sea más fácil obtener la carne blanca de la fruta.[5]
Método dos de cuatro:
Trituración del coco con un procesador de alimentos
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1 Saca la carne blanca de la piel marrón. Use un destornillador de cabeza plana o una cuchara para sacar la carne blanca del coco de la piel circundante. Si tu coco está hecho pedazos, puedes cortar la piel usando un cuchillo afilado.[6]
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2 Cortar la carne de coco en trozos más pequeños. Si la carne de coco se desprendió en trozos grandes, es posible que no encaje en el procesador de alimentos. Corta los trozos de coco en cuadrados más pequeños para que quepan en tu procesador de alimentos.
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3 Pulse el coco en el procesador de alimentos. Tome los trozos de coco blanco que cortó y póngalos en su procesador de alimentos y pulse durante 10-15 segundos.[7]
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4 Detenga el procesador de alimentos y raspe los bordes. Abra la parte superior del procesador y raspe el coco que se pegó a los lados del procesador.[8]
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5 Muele el coco de nuevo. Continúe procesando el coco hasta que alcance la consistencia que desea. Una vez que haya terminado de molerlo, puede poner los copos en el refrigerador o deshidratarlos.[9]
- Los copos de coco frescos permanecerán bien en el refrigerador durante dos o tres días.
Método tres de cuatro:
Rejilla de coco con un rallador de cajas
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1 Retire la carne de coco blanco de la piel. Saca el coco de la piel empujando un destornillador de punta plana entre la carne blanca y la piel marrón. Las piezas más grandes son más fáciles de rallar cuando estás usando un rallador de cajas, así que trata de quitar las piezas grandes.[10]
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2 Mantenga el rallador por el mango. Usando su mano no dominante, agarre el mango superior del rallador de caja y sosténgalo con fuerza. Mientras ralla, use su brazo para mantener el rallador bien apretado contra la tabla de cortar o la mesa.[11]
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3 Sostenga el coco contra los agujeros y muévalo de un lado a otro. Elige qué tan pequeño quieres tus copos de coco. Use los agujeros grandes en el rallador si desea tener copos de coco más grandes y los agujeros medianos o pequeños para los copos más pequeños. Coge la pulpa blanca de coco con tu mano dominante y muévela hacia adelante y hacia atrás contra los agujeros del rallador.[12]
Método cuatro de cuatro:
Secado del coco
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1 Vierta los copos de coco en una bandeja o bandeja de horno. Tome su coco rallado y extiéndalo uniformemente en una hoja de cocina. Use una toalla de papel para acariciar los copos y eliminar la mayor cantidad de humedad que pueda antes de deshidratarlos.
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2 Pon el coco en un horno de convección durante dos horas. Coloque la hoja de cocción dentro de un horno de convección a 100 - 125 ° F (40 - 50 ° C) durante dos horas. Esto extraerá la humedad del coco y secará los copos.[13]
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3 Deshidratar los copos durante seis horas a 130 ° F (54,4 ° C). Si tiene un deshidratador, puede usarlo para secar el coco en lugar del horno. Coloque los copos dentro del deshidratador y déjelos secar durante ocho a diez horas, o el tiempo suficiente hasta que se sequen a su gusto.[14]
- Los copos de coco deshidratados durarán de 2 a 3 meses en una bolsa con cierre hermético.[15]