Un absceso dental es una infección bacteriana dolorosa que causa que el pus se acumule en la raíz del diente o entre el diente y las encías a través de un pequeño agujero que resulta de la infección ósea. Los abscesos son el resultado de una caries dental severa, cavidades ignoradas o trauma en el diente.[1] Los abscesos periapicales se forman en la punta de la raíz de un diente, mientras que los abscesos periodontales afectan el hueso y las encías circundantes.[2] Aunque es posible que no experimente ningún síntoma inicialmente, un absceso dental puede causar problemas médicos graves. Lo mejor es reconocerlo antes de que la infección se propague más.

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Identificación de un absceso dental

  1. 1 Esté atento a un dolor de muelas. Un dolor de muelas es uno de los síntomas más comunes de un absceso. A menudo ocurre cuando el pus producido por las bacterias que llega a su pulpa comprime los nervios de sus dientes. Puede notar un dolor palpitante alrededor del diente o un dolor punzante o punzante en esa área. Morder puede ser doloroso. Su dolor de diente puede causar insomnio.[3]
    • El dolor puede estar localizado alrededor del diente, pero también puede irradiarse a las orejas, las mandíbulas y las mejillas. Es posible que no pueda decir exactamente de dónde viene el dolor. También puede sentirse irritado después de pasar una noche con dolor y dificultad para dormir.
    • El dolor puede ir acompañado de la sensación de que su diente se está moviendo.[4] Toda el área alrededor del diente puede verse roja e hinchada.
    • Si tiene un dolor de muelas severo que desaparece, no suponga que el absceso se ha ido. Es más probable que el absceso haya matado a la pulpa y la infección permanezca. El dolor puede durar un tiempo, especialmente si ha tomado analgésicos o un medicamento antiinflamatorio, pero la infección formará un absceso de nuevo en muy poco tiempo.
  2. 2 Tenga en cuenta cualquier dolor al comer o beber. Un absceso puede hacer que masticar sea doloroso. Los abscesos también pueden hacer que sus dientes sean sensibles a las temperaturas cálidas y frías. Si estos síntomas duran, busque tratamiento.[5]
    • Un absceso de pericoronitis es uno que puede ubicarse cerca de la muela del juicio inferior. Este tipo de absceso puede causar el bloqueo de los músculos maseteros (también conocido como trismo), por lo que es casi imposible abrir o cerrar la boca.
  3. 3 Busque hinchazón. A medida que crece una infección, puede causar hinchazón y dolor dentro de la boca. Sus encías pueden aparecer rojas e hinchadas y sentirse sensibles. Este síntoma es particularmente prevalente con los abscesos periodontales.[6]
    • Su encía también puede hincharse sobre el diente impactado. Esto podría parecerse a un grano.[7]
  4. 4 Esté atento a un mal sabor o olor en la boca. Si su absceso se ha roto, podrá oler o saborear el pus.[8] El sabor será amargo pero nunca se lo tragará.[9] Enjuague con enjuague bucal con clorhexidina o incluso con agua salada para eliminar el sabor. Consulte a su médico de inmediato.
  5. 5 Verifique otros síntomas. A medida que el absceso empeora, es posible que tenga fiebre. También podría tener problemas para abrir la boca o tragar.[10] Pueden aparecer glándulas inflamadas o una mandíbula superior o inferior hinchada. Sentirse generalmente enfermo es común.[11] Si aparecen estos síntomas, consulte a su dentista de inmediato.
  6. 6 Visita al dentista Si ha notado los síntomas anteriores, consulte a un dentista. Él o ella tocará su diente para ver si es sensible. Es probable que reciba una radiografía. Entonces su dentista puede saber con certeza si tiene un absceso.[12]
    • Un absceso es un problema grave. Debe visitar al dentista lo antes posible. Un dentista puede identificar la fuente del absceso, recetar analgésicos y antibióticos, y tratar el propio absceso (es decir, a través del drenaje, el tratamiento de conductos o la extracción de dientes).[13]

Parte dos de dos:
Previniendo un Absceso dental

  1. 1 Mantener una buena higiene dental. Cepíllese los dientes dos veces al día. Además, trate de usar hilo dental una vez al día. Si descuida sus dientes, tiene un mayor riesgo de desarrollar abscesos dentales.[14]
  2. 2 Evita los alimentos azucarados. Si constantemente consume alimentos con alto contenido de azúcar (por ejemplo, dulces, chocolate), puede aumentar el riesgo de caries. Las caries pueden conducir eventualmente a abscesos.[15] Algunos alimentos azucarados están bien, pero cómelos con moderación. Si es posible, cepille después.
  3. 3 Esté atento a las caries y las fracturas. Si tiene una cavidad no tratada o una fractura de un diente que llega a la pulpa dental (parte interna de su diente), corre el riesgo de desarrollar un absceso. Esto sucede cuando las bacterias alcanzan su pulpa dental, que es el interior de su diente.[16] Visite a un dentista lo antes posible y esté atento a cualquier síntoma.
    • Las caries y el trauma generalmente conducen a un "absceso periapical".[17]
  4. 4 Presta atención a tus encías. Una lesión en las encías puede causar un absceso. La enfermedad de las encías hace que el espacio entre el diente y la encía se ensanche, lo que permite la entrada de bacterias. Esta bacteria puede causar un absceso, incluso si los dientes están sanos y libres de caries. Si tiene problemas con las encías, observe los síntomas de un absceso.
    • Las lesiones de las encías y las enfermedades de las encías generalmente conducen a un tipo particular de infección conocida como "absceso gingival" (o "absceso de las encías"). Si la infección se extiende a las bolsas de las encías, y el drenaje del pus es bloqueado por la encía tragada, entonces se llama un "absceso periodontal".[18]