Descubrir que su perro tiene cáncer es algo que todo dueño de mascotas teme. Desafortunadamente, el cáncer en perros es relativamente común, especialmente en perros mayores de 10 años.[1] Si bien puede inclinarse a ignorar o bloquear posibles señales de advertencia, es importante estar alerta y alerta ante cambios en el comportamiento o la salud de su mascota. Prestar atención a una señal de advertencia temprana podría significar que el cáncer se detecta temprano. La detección temprana pone a su veterinario en una posición sólida para tratar el problema y le da a su perro una excelente oportunidad de supervivencia.[2]

Método uno de dos:
Buscando bultos

  1. 1 Revise a su perro con regularidad para detectar bultos y protuberancias en la superficie de la piel o justo debajo de la piel. El objetivo aquí es la detección temprana de cualquier tumor que pueda estar asociado con el cáncer. Acicalar a su perro es una gran oportunidad para familiarizarse con lo que es normal para su cuerpo.[3][4]
    • No entre en pánico si encuentra un bulto. El tumor puede ser una gran variedad de cosas, desde una mancha o luna inofensiva hasta un cáncer más serio y agresivo.
  2. 2 Evaluar el bulto. Verifique el tamaño y la forma del bulto. Mida el tamaño del bulto y anótelo con la fecha para una futura comparación.
    • ¿Qué tan profundo es el bulto? Siente el bulto y mira si parece estar en la piel, debajo de la piel, o uniendo la piel al tejido debajo.
    • ¿Qué forma es la masa? Es el bulto redondo o tiene una forma irregular. Los bultos irregulares siempre deben ser revisados ​​urgentemente por un veterinario.
    • ¿Qué tan rápido está creciendo? Lo mejor es revisar los bultos nuevos, pero si no puede acudir a un veterinario de inmediato, controle el bulto. Mídalo semanalmente para ver si está ampliando. Un bulto que crece rápidamente necesita atención urgente.
    • ¿Es doloroso o pica? Si el bulto es rojo, está inflamado o el perro lo pica o mastica, este es un signo importante de que necesita ser revisado urgentemente por su veterinario.
  3. 3 Haga que un veterinario examine los bultos. Pueden realizar una aspiración con aguja fina, para obtener una pequeña muestra de células para examinar bajo el microscopio. Algunas veces esto es suficiente para hacer un diagnóstico, pero si esto falla, puede ser necesaria una biopsia completa para saber exactamente cuál es el tumor.
    • Algunos bultos se consideran de menor riesgo que otros, estos tienden a tener las siguientes características (aunque debe tenerse en cuenta que algunos bultos más graves también pueden simular estos signos): Redondo, creciendo en la piel, la piel permanece libre y no adherida al tejido inferior, de crecimiento lento, no dolorido o inflamado.
    • Los bultos de mayor riesgo a menudo tienen una o más de las siguientes características: forma irregular, crecimiento rápido, fijación profunda de la piel de los tejidos inferiores, picazón inflamada o dolorosa.

Método dos de dos:
Buscando cambios físicos

  1. 1 Busque cojera o cojera. Un perro puede volverse cojo por muchas razones, que van desde un simple esguince o una almohadilla cortada hasta el cáncer. Lleve a su perro al veterinario si tiene alguna cojera, ya que cojear es un signo de dolor. Su veterinario debería ser capaz de determinar cuál es la causa del dolor.
    • Los cánceres de hueso, como el osteosarcoma, son extremadamente dolorosos y el perro puede sentirse incómodo cuando toca la zona. El área puede estar hinchada y sentir calor al tacto.
    • Los signos asociados con el cáncer de hueso también incluyen inquietud (como si sintiera mucha incomodidad), una cojera de bajo grado que empeora en lugar de mejorar y pérdida del apetito.[5]
  2. 2 Determine si su perro ha perdido peso o ha perdido el apetito. Una vez más, hay múltiples causas de pérdida de peso y falta de apetito, que van desde un cambio de dieta o comida que no le gusta al perro, hasta enfermedad renal o cáncer. Cualquier pérdida de peso debería desencadenar un viaje al veterinario, pero esto es especialmente importante si el perro parece aburrido, carente de energía y, en general, no en sí mismo.
    • Los síntomas tienden a desarrollarse gradualmente con una lenta pérdida de apetito y pérdida de la condición corporal. Esto también se refleja en que el perro se cuida menos y se asea menos. Esta falta de preparación adecuada conduce a un pelaje opaco. [6]
    • Algunas veces el perro también vomita de vez en cuando.
    • Tome nota cuidadosamente de las deposiciones del perro, ya que esto puede darle al veterinario pistas vitales sobre lo que está sucediendo.
  3. 3 Presta atención a los olores inusualmente malos que provienen del perro. Dele al perro un buen olfato para tratar de localizar el olor. A veces, un tumor oculto, como un melanoma en la boca, no es fácil de ver, pero puede infectarse y comenzar a oler.
    • Por supuesto, hay otras infecciones comunes que también huelen y generalmente no son graves (pero sí necesitan tratamiento). Es una buena idea que si detecta un mal olor debe consultar con un veterinario al respecto.[7]
  4. 4 Busque sangrado o sangre en la orina o las heces. Las hemorragias nasales frecuentes, el sangrado de las encías y el sangrado excesivo de pequeños cortes requieren atención veterinaria urgente. Una explicación es el cáncer, pero otras enfermedades, como las enfermedades autoinmunes, pueden interferir en la capacidad del cuerpo para coagular la sangre. [8]
    • Tome nota de la presencia de sangre en la orina, heces o vómitos. Una vez más, puede haber una explicación inocente, como cistitis o colitis, pero estas afecciones también necesitan tratamiento.
  5. 5 Obtenga atención veterinaria para un perro que está tosiendo o tiene dificultad para respirar. La tos puede ser el resultado de una infección, bronquitis, enfermedad cardíaca o cáncer, entre otras posibilidades. Mire la respiración de su perro: las respiraciones rápidas y superficiales indican anormalidad y debe consultar al perro como una cuestión de urgencia. Mientras tanto, descanse al perro para que no tenga demandas adicionales sobre el oxígeno de su cuerpo.[9]
  6. 6 Presta atención a los cambios en el comportamiento o el personaje. Los tumores cerebrales pueden inducir cambios en el comportamiento que son bastante marcados. Su perro puede desarrollar un hábito inusual, una garrapata nerviosa o incluso convulsiones. Si comienza a toparse con cosas, pierde su equilibrio o tiene dificultad para caminar en línea recta, esto podría indicar una anormalidad neurológica.Esto debe ser revisado por un veterinario.
  7. 7 Observe los cambios en la forma del cuerpo de su perro. Por ejemplo, fíjate si el vientre de tu mascota cambia de forma y se hincha repentinamente. Esto podría indicar un sangrado interno y pérdida de sangre dentro del abdomen, lo que hace que se distendiera. Esto podría deberse a un bulto roto dentro del abdomen. Busque atención veterinaria inmediata en esta situación.
  8. 8 Haga que su perro sea examinado por un veterinario si sospecha que su perro tiene cáncer. Es difícil, o incluso imposible, saber si su perro tiene cáncer sin pruebas de diagnóstico. Incluso los veterinarios tienen dificultades para saber con certeza si un perro tiene cáncer, sin realizar pruebas de diagnóstico como biopsias, análisis de sangre para diagnóstico o examinar células del área anormal.[10]
    • Busca una segunda opinión Esto le dará una mejor idea acerca de sus opciones y con suerte le dará más tranquilidad de que su veterinario está haciendo las mejores recomendaciones para el tratamiento.