El marrón de La Habana es una raza de gatos que se desarrolló en Inglaterra en la década de 1950 por su distintivo color marrón y penetrantes ojos verdes. Es una raza amigable e inteligente de gato que ama la interacción humana y el compañerismo. Si crees que tienes un marrón de La Habana o te gustaría saber cómo identificar uno, debes evaluar tanto su apariencia física como su personalidad. Si tienes un gato de color marrón oscuro, mediano, con ojos verdes penetrantes y una personalidad amistosa, entonces puedes tener la suerte de tener un marrón de La Habana.[1]

Parte uno de tres:
Identificando las características físicas

  1. 1 Reconozca la forma de la cabeza única del marrón de La Habana. La cabeza marrón de La Habana a menudo se describe como en forma de bombilla. El cráneo es redondo y el hocico sobresale del cráneo muy claramente. La unión entre la cabeza y el hocico debe ser muy clara. [2]
    • El hocico debe ser redondeado y relativamente estrecho en comparación con el resto de la cabeza.
  2. 2 Busque orejas grandes y rectas. Las orejas grandes se levantan y se inclinan hacia adelante, lo que la hace parecer alerta la mayor parte del tiempo. Están redondeados en las puntas y ahuecados en la base. Hay muy poco pelo dentro de las orejas, por lo que la diferencia de color entre el pelaje del gato y el interior de las orejas es distinta.[3]
    • Las orejas grandes del marrón de La Habana no deberían ser tan grandes que dominen la apariencia de la cabeza. A diferencia de un siamés, que tiene orejas distintivamente grandes, el marrón de La Habana tiene orejas grandes pero proporcionadas.
  3. 3 Busque ojos verdes claros y brillantes. Un gato marrón de La Habana debe tener ojos verde sólido que son de forma ovalada. Los ojos deben ser uniformes en color y el color más verde y profundo de los ojos es mejor.[4]
    • Los ojos del gato deben ser de tamaño mediano y deben estar separados unos de otros, lo que significa que los ojos no se aprietan juntos hacia el hocico.[5]
  4. 4 Busque una capa marrón, lisa y corta. El saco marrón de La Habana es un color marrón muy distintivo que es rico, cálido y consistente. De hecho, la raza fue originalmente criada para crear un gato naturalmente marrón. Este color tiende más al marrón rojizo que al marrón negruzco y el pelaje también debe aparecer liso y brillante.[6]
    • El pelaje de un marrón de La Habana es corto. Como tal, no tienden a arrojar mucho.
    • Si el gato es de pura raza, no debe haber ninguna variación en el color del pelaje.
  5. 5 Evalúa la forma y el tamaño general del cuerpo del gato. El marrón de La Habana es un gato de tamaño mediano que tiene un marco atlético y piernas y cola delgadas. Generalmente está bien proporcionado, con un cuello mediano largo y un torso de longitud media.[7]
    • Los marrones varones de La Habana tienden a ser un poco más grandes que las hembras.

Parte dos de tres:
Reconociendo el comportamiento Brown de La Habana

  1. 1 Reconocer la amabilidad de un marrón de La Habana. Los marrones de La Habana necesitan interacción y compañía de parte de sus dueños para ser felices. Son una raza social que disfruta pasar el tiempo jugando y acurrucándose con los miembros de su familia.[8]
    • Tienden a llevarse bien con otros gatos, así como con otras especies y humanos. Esto significa que tienden a ser grandes miembros de la familia.
    • No se sorprenda si su marrón habanero se acerca a usted, le pone la mano en la mano y lo maulla como si le estuviera hablando.
    • Recuerde que los gatos individuales tendrán diferentes personalidades y pueden no ajustarse a los estándares de cría. Una socialización deficiente como un gatito puede hacer que un gato sea menos amistoso, por lo que el temperamento no debe ser el único indicador de la raza.
  2. 2 Busque una personalidad inquisitiva. Los marrones de La Habana tienden a ser muy inteligentes y juguetones. Son naturalmente inquisitivos con respecto a su entorno y tienden a investigar todo lo que los rodea.[9]
    • Los marrones de La Habana son conocidos por extender sus patas y tocar cosas en su entorno para investigarlas.
  3. 3 Anticipa tener un gato moderadamente activo. Los marrones de La Habana no son simplemente adictos a la televisión. Les encanta jugar y correr, especialmente si tienen otros gatos con quienes jugar. Dicho esto, no se los consideraría hiperactivos ni excesivamente activos, ya que también les encanta dormir la siesta y quedarse durante parte del día.[10]
    • Si tienes un marrón de La Habana, es probable que al gato le guste jugar con una pluma en una cuerda o un puntero láser.
  4. 4 Busque un temperamento equilibrado. En general, el marrón de La Habana es un gato que tiene un temperamento maravillosamente equilibrado. Son curiosos e inteligentes, pero también les encanta ser cariñosos y tener compañía.[11]
    • Los marrones de La Habana son moderadamente activos para gatos de pelo corto. Pueden correr por tu casa como locos por un rato, pero también les encanta dormir o dormir en el regazo de alguien.

Parte tres de tres:
Mirando hacia su linaje

  1. 1 Pregúntale al criador sobre el pedigrí de tu gato. Si obtienes tu gato de un criador o una tienda de mascotas confiable, deben tener registros del pedigrí de tu gato. Pide ver los papeles de tu gato para que puedas ver si provienen de padres purasangres de La Habana Brown.[12]
  2. 2 Obtener una prueba de ADN Puede hacerse una prueba casera de ADN que le permita recolectar un hisopo de la mejilla de su gato y enviarlo a un laboratorio. El laboratorio luego podrá observar los genes de su gato para establecer su herencia. Busque una compañía que tenga una gran base de datos de ADN de gatos, ya que esto proporcionará los resultados más precisos.[13]