Tratar con un niño difícil puede ser una de las cosas más difíciles de manejar en la vida. Ya sea su hijo o el hijo de un amigo o familiar, saber cómo tratar a un niño difícil puede ser muy complicado. Es importante recordar que durante los conflictos, las emociones serán especialmente altas. Entonces, podría considerar hacer un plan para tratar los problemas antes de que ocurran. Hay muchos pasos que puede tomar para facilitar el trato con un niño difícil.

Método uno de tres:
Evaluar el problema

  1. 1 Comprenda el temperamento del niño. Diferentes niños tienen diferentes personalidades. Cuando se trata de un niño difícil, es importante entender qué tipo de niño está tratando. ¿Es terco? ¿Destructivo? ¿Demasiado emocional? Preste atención a los estados de ánimo del niño e intente rastrear los factores que parecen desencadenar episodios difíciles.[1]
    • Intente mantener un diario del comportamiento de su hijo. Esto te ayudará a reconocer ciertas situaciones o eventos que pueden causar un estallido.
    • Pregunte a otros (maestros, miembros de la familia, etc.) si han notado algún factor particular que desencadena episodios problemáticos para su hijo.
  2. 2 Enfócate en los problemas. Cuando su hijo tenga un estallido, retroceda un paso y evalúe la situación. Parte de la solución del problema es entender por qué está ocurriendo. Intente comprender si su hijo está reaccionando a algo específico (como que se le niegue un privilegio) o si está molesta por algo completamente distinto.[2]
    • Especialmente para los niños más pequeños, es posible que no puedan decirle exactamente lo que está mal. Por ejemplo, pueden estar hambrientos, fríos o demasiado cansados, y están exhibiendo eso llorando por la pérdida de un juguete. Preste atención a los factores externos que podrían estar afectando el estado de ánimo de su hijo.
  3. 3 Elige tus batallas. Quizás estás peleando todas las noches sobre la hora de dormir de tu hijo. Claramente, debe ser el jefe, pero retroceda un paso y descubra si hay alguna forma de negociar con su hijo. Si su hijo es mayor (alrededor de los 9 o 12 años), es posible que se dé cuenta de que dejar que su hijo permanezca despierto 15 minutos cada noche es una solución fácil. Él se sentirá más independiente y tendrá un poco de paz. [3] Para los niños más pequeños, puede ofrecerle una opción, como por ejemplo: "Puede optar por acostarse ahora con un cuento antes de acostarse, o puede irse a la cama en 5 minutos sin contar la historia de la hora de acostarse".
    • Observe las cosas por las que usted y su hijo están peleando. Si te encuentras repetidamente teniendo el mismo desacuerdo, concéntrate en arreglar esa situación. Resolver ese conflicto puede aliviar otras tensiones en su relación.
  4. 4 Sé sensible. Recuerde que a medida que los niños se desarrollan, están lidiando con muchos cambios y emociones. Desafortunadamente, no siempre tienen éxito en expresar sus frustraciones, y terminan actuando. Trate de ser amable y sensible al tratar con ellos.
    • Ser amable no significa que deba ceder a todos los deseos de su hijo. Puedes ser firme, pero gentil y comprensivo. Exprese sus reglas lógicamente y sin gritar.
  5. 5 Establecer límites. La estructura es buena para los niños. Establecer límites para los niños difíciles puede ayudarlos a aprender a comportarse de una manera más apropiada. Asegúrese de que su hijo comprenda las reglas de su hogar y conozca sus responsabilidades.
    • Comunique claramente las reglas a su hijo. Si ella es muy joven, es posible que tenga que repetirse todos los días. Por ejemplo, puede que te encuentres diciendo en cada comida: "No, Stacey, no está bien tirar comida".
    • Si su hijo es un poco mayor, intente hacer una regla o una tabla de tareas. Poder visualizar las responsabilidades puede ayudar a su hijo a retenerlas. Con suerte, tener límites lo ayudará a evitar futuros conflictos.
    • También debe tener límites para comunicarse durante los conflictos. Asegúrese de que su hijo sepa que no tolerará los gritos o cualquier comportamiento destructivo. Haga eso claro antes, durante y después del conflicto.


Método dos de tres:
Mantenerse en calma

  1. 1 Cambia tu perspectiva Cuando se trata de un niño difícil, es completamente normal sentirse frustrado y enojado. Tómese un momento para dar un paso atrás y recordar que es típico que los niños pasen por fases difíciles. Es posible que deba cambiar su perspectiva. Trata de encontrar formas de cambiar tu reacción, en lugar de intentar cambiar constantemente el comportamiento de tu hijo.[4]
    • Parte de su frustración podría ser que está molesto porque no puede mantener la calma. Intenta aprender formas de controlar tu enojo. Puede intentar contar hasta diez o decir sus siguientes palabras dentro de su cabeza antes de decirlas en voz alta.
    • Esto no significa que deba dejar de tratar de mejorar el comportamiento de su hijo. Simplemente significa que usted también es parte de la ecuación y es posible que también deba cambiar sus reacciones.
  2. 2 Tomar una respiración profunda. Cuando tenga un conflicto con un niño, es muy importante que mantenga la calma. Recuerde, usted es quien está a cargo. Depende de usted dar un buen ejemplo.[5]
    • Trate de encontrar una técnica de calma que funcione para usted. A menudo, tomar respiraciones profundas y tranquilizantes es una excelente manera de calmarse durante una discusión. Tome respiraciones profundas y lentas, hasta que encuentre que su ritmo cardíaco disminuye un poco.
  3. 3 Centrarse en lo positivo. Durante un conflicto, puede ser difícil pensar en algo más que los atributos negativos de un niño. Trata de recordar que todos tienen cualidades positivas. Concéntrese en pensar sobre las cosas que su hijo hace bien.[6]
    • Cuando tenga un conflicto con su hijo, intente pensar en una cosa que realmente le guste. ¿Ella es normalmente muy cariñosa? ¿Le está yendo bien en la escuela? Concéntrese en ese rasgo y se sentirá más tranquilo y más capaz de manejar la situación.
  4. 4 No reaccione de forma exagerada Puede ser difícil evitar que su enojo y frustración lleguen al punto de ebullición. Sin embargo, trate de recordar que esto es solo un conflicto; ambos seguirán adelante. Trate de no permitir que problemas previos o factores externos influyan en sus reacciones.[7]
    • Cuando trates de controlar tus emociones, intenta enfocarte claramente en la situación que tienes entre manos. ¿Realmente vale la pena estallar porque tu hijo hizo un ataque? Probablemente no. Trate de mantener la calma y encuentre la forma de evitar que el problema vuelva a ocurrir.

Método tres de tres:
Encontrar una solución

  1. 1 Suministre realimentación. Una forma de ayudar a un niño difícil a aprender un mejor comportamiento consiste en proporcionar comentarios consistentes. Al dejar que el niño sepa qué es y qué no es apropiado, usted está ayudando a enseñarle maneras de mejorar. Asegúrese de ser coherente en sus reacciones a ciertos comportamientos o acciones.
    • Proporcione retroalimentación social. Deje que su hijo sepa cómo se siente al ofrecer elogios o correcciones verbales. Por ejemplo, podrías decir: "Gracias por mantenerte calmado hoy, Tim. Sé que fue decepcionante que lloviera y no pudieras ir al parque".
    • Proporcione comentarios concretos. Puede ser útil medir visualmente el comportamiento de su niño difícil. Una forma es probar un sistema de puntos. Por ejemplo, podría hacer un cuadro y publicar puntos cada vez que su hijo haga algo positivo (como limpiar su habitación sin que se lo pidan). Puedes restar puntos por comportamiento negativo. Visualizar el impacto de su comportamiento puede ayudar a su hijo a aprender los beneficios de acciones más positivas.
  2. 2 Pruebe un tiempo aparte. Si usted y su hijo experimentan conflictos continuamente, es posible que necesite un poco de espacio. Tomar un breve descanso puede brindarle a usted y a su hijo el tiempo necesario para calmarse y reflexionar. Algo de espacio puede recorrer un largo camino hacia la solución de problemas.[8]
    • Pídale a un amigo o pariente cercano que mire a su hijo mientras se toma un tiempo para usted. Puede ser emocionalmente agotador manejar a un niño difícil, así que trate de tomarse un tiempo cada semana para hacer algo por usted mismo. Ve a una película o cena con un amigo.
  3. 3 Considera los factores contribuyentes. Debe considerar si su hijo está siendo difícil por una razón muy específica. Por ejemplo, tal vez no está durmiendo lo suficiente y está reaccionando por ser difícil. Una solución podría ser ajustar el horario de su hijo y asegurarse de que obtenga la cantidad correcta de descanso.[9]
    • Hay muchos otros factores que podrían afectar el comportamiento de su hijo. Por ejemplo, tal vez esté lidiando con un problema de salud que usted no conoce. Esté atento a cualquier signo de malestar físico, incluida la falta de apetito o el cambio en el nivel de energía.
  4. 4 Involucre a las personas en quienes confía. Recuerde que no está solo. Con suerte, usted tiene familiares y amigos que pueden ayudarlo a lidiar con esta situación frustrante. No tengas miedo de pedirle consejo a alguien de tu confianza.
    • Tus amigos y familiares pueden ayudar de dos maneras diferentes. Podrían comunicarse bien con su hijo y pueden solicitar su ayuda para resolver el problema. También podrían simplemente estar dispuestos a cuidar a su hijo por una noche, dándole un descanso muy necesario.
  5. 5 Busque ayuda profesional. En ocasiones, es posible que su hijo necesite ayuda que simplemente no puede brindarle. Si el comportamiento de su hijo parece ir más allá del simple acting out, y ha estado sucediendo por un tiempo, podría ser el momento de contactar a un especialista en salud mental. Muchos terapeutas se especializan en tratar a los jóvenes y pueden ayudarlo a encontrar la manera de ayudar a su hijo.[10]
    • Pídale a su médico de familia que le recomiende un terapeuta en quien confíe.
    • No tengas miedo de pedir ayuda. No hay vergüenza en ayudar a su hijo a vivir la mejor vida que pueda.