Jicama es una planta y vid que es originaria de México. Solo la raíz de la planta es comestible y se asemeja a un gran nabo de color marrón claro. El interior blanco y cremoso tiene una textura crujiente similar a una pera o patata cruda. Cocinar jícama o servirlo crudo son formas igualmente sabrosas de preparar esta raíz ligeramente dulce.
Parte uno de tres:
Elegir y preparar raíces Jicama
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1 Elige una jicama madura Puede encontrar jícama en supermercados latinos, tiendas de alimentos naturales y algunos supermercados tradicionales en el pasillo de productos agrícolas. Busque una jícama pequeña o mediana con la piel marrón. Debería ser un poco brillante, en lugar de aburrido. Elija una raíz sin ningún tipo de imperfecciones o puntos débiles.
- Los jicamas más pequeños son más jóvenes y más dulces. Si quieres un sabor más almidonado, elige una jícama más grande, aunque podría ser un poco leñosa en la textura.
- La jícama debería ser pesada para su tamaño. Si se siente liviano, probablemente ha estado allí por mucho tiempo, y la humedad ha comenzado a evaporarse.
- Jicama no son estacionales, por lo que debería poder encontrar una buena selección durante todo el año.
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2 Friega la jicama. Use un estropajo vegetal o un paño limpio humedecido con agua para frotar la piel de la jícama. La piel se eliminará, ya que no es comestible, pero desea limpiar toda la suciedad antes de pelarla.
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3 Pela la jicama. Es fácil usar un pelador de papas o zanahoria para hacer el trabajo. Pele todos los rastros de la piel de la jícama, ya que la ingestión de la piel podría causarle dolor de estómago.
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4 Corta la jícama. Utilice un cuchillo afilado para cortar la jícama en pequeños palitos, discos, trozos o cuñas, cualquiera que sea la forma que funcione para la receta que esté usando. Encontrará que la textura es similar a la de una papa. La carne debe ser firme, sin dar nada.
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5 Mantenga la jicama fresca. Si no usa inmediatamente la jícama, puede mantenerla fresca durante más tiempo y evitar la decoloración sumergiendo la jícama procesada en un recipiente de agua fría con un chorrito de jugo de limón. El ácido cítrico en el jugo ayudará a mantener la jícama en buena forma durante hasta 2 días si lo almacena en el refrigerador.
Parte dos de tres:
Comiendo Raw Jicama
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1 Agrega jícama a tu ensalada. Jicama es una adición crujiente, sabrosa y brillante a cualquier tipo de ensalada. Córtalo en palitos delgados o pequeños cubos y simplemente mezcle en su ensalada junto con sus otras mezclas favoritas. Jicama se combina especialmente bien con apósitos cítricos.
- El jícama crudo es excelente en ensaladas de frutas, sumergido en salsa, ensaladas a base de lechuga, ensalada de pollo, ensalada de pasta o casi cualquier otra aplicación que puedas imaginar.
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2 Hacer jicama repollo. Este popular uso de jícama cruda es un gran acompañamiento para bistec o pescado. Rebana una pequeña jícama en palitos pequeños, luego revuelve con los siguientes ingredientes para crear un delicioso repollo:
- 1/2 cabeza de repollo picada
- 1 zanahoria grande, rallada
- 1/2 taza de jugo de lima
- 2 cucharadas de vinagre
- 1 cucharada de miel
- 1/2 taza de semilla de uva o aceite de canola
- Sal, pimienta y otras especias al gusto
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3 Haz fichas de jícama. Si tienes una jicama particularmente madura y dulce, una buena forma de servirla es en forma de papitas fritas. Esto hace un aperitivo o guarnición muy saludable. Simplemente corte la jícama en discos delgados y del tamaño de un bocado. Acomódalos en un patrón atractivo en un plato de servir y exprime el jugo de limón sobre las patatas fritas. Espolvorea con sal, pimienta y chile en polvo.
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4 Sirve jicama con salsa de la misma manera que zanahorias.
Parte tres de tres:
Cocinar con Jicama
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1 Asar una jícama. La carne de una jícama es tan buena cocida como cruda. Asar lo hace sabor ligeramente más dulce. Prueba asar una jícama en lugar de papas o batatas. Para hacerlo, usa el siguiente método:
- Precalentar el horno a 400 ° F (204 ° C).
- Pele y cubra la jicama.
- Mezcle los cubos con 1/4 de taza de aceite de cocina, sal y pimienta y sus especias favoritas.
- Ase los cubos de jícama durante 15 minutos.
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2 Saltee una jícama. La jícama salteada es un acompañamiento único y delicioso. Pele y cubra una jícama, luego caliente un poco de aceite en una cacerola y saltee la jícama hasta que se dore. Sazonar con sal y pimienta al gusto.
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3 Hacer jícama salteado. Jicama es una gran verdura para sustituir castañas de agua o papas en salteado. Pica tu jícama en pedazos del tamaño de un bocado, luego agrégala a la sartén con otras verduras cortadas como guisantes de nieve, zanahorias y judías verdes. Vista el sofrito con salsa de soja, vinagre de arroz y aceite de sésamo.
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4 Hacer guisado jicama. Jicama se puede agregar a cualquier receta de sopa o guiso. Corta la jícama en pequeños cubos y agrégala a tu receta de sopa favorita, o échala a los cubos cerca del final del tiempo de cocción de un guiso.
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5 Haz jicama hervida y machacada. Puré de jícama se puede utilizar como sustituto del puré de papas. Simplemente pele la jícama, luego cúbrala y hiérvala en agua ligeramente salada. Agregue un diente de ajo pelado y triturado para un sabor extra. Cocine a fuego lento la jícama hasta que esté tierna con la tenedor, luego escúrrala y machaque con un triturador de patatas. Agregue la mantequilla y la leche o la crema y revuelva hasta que el puré sea liviano y esponjoso.