Las algas marinas son ricas en oligoelementos y potasio, lo que lo hace ideal para agregar al compost en su estado crudo, para trabajar como mantillo o para crear un fertilizante líquido. Esto es realmente fácil de hacer y sus plantas estarán agradecidas por ello; El fertilizante de algas libera alrededor de 60 nutrientes de los que las plantas pueden beneficiarse.[1]

Pasos

  1. 1 Reúne las algas marinas. ¡Asegúrate de que sea legal hacerlo y no saquees tu playa local! Busque algas marinas que no sean muy apestosas y que aún estén mojadas.
  2. 2 Enjuague las algas marinas para eliminar parte del exceso de sal.
  3. 3 Llene un cubo o barril a tres cuartas partes con agua. Agregue tantas algas como pueda y déjelas remojar.
  4. 4 Revuelva la mezcla de algas marinas cada dos o cuatro días.
  5. 5 Permitir remojar durante varias semanas a varios meses. El fertilizante se fortalece con el tiempo. Asegúrese de mantener la bebida en algún lugar que sus olores no afecten su hogar diario. Está listo para usar cuando ya no transmite olor a amonio.[2]
  6. 6 Use según sea necesario. Cuando esté listo, úselo como fertilizante en sus plantas y canteros (tierra). Debe diluirse con agua a un mínimo de tres partes por uno.[3]