Plante fresas en el interior en cualquier época del año para mantenerlas alejadas del frío y obtenga un suministro de fruta fresca y sabrosa durante todo el año. Aquí está el proceso fácil de seguir.

Parte uno de tres:
Obteniendo semillas de fresa

  1. 1 Elija una fresa fresca (o dos). Asegúrate de que no sea demasiado blando y que esté maduro.
  2. 2 Empuje el extremo del palillo de dientes suavemente debajo de una de las semillas en la piel de la fresa. Rápidamente mueve la muñeca para sacar la semilla. Necesitas usar un movimiento rápido porque las semillas de fresa se mueven rápido, y si tratas de sacarlo, simplemente cavarás un hoyo en tu fresa.
  3. 3 Mantenga sacudiendo las semillas y colocándolas en su plato. Recoge tantas como creas que necesitarás, pero una buena cantidad es de alrededor de 20-30 semillas, para asegurarte de que al menos una toma.

Parte dos de tres:
Plantando las semillas de fresa

  1. 1 Llene una taza, tarro u otro recipiente con tierra adecuada para cultivar fresas.
  2. 2 Sumerja el palillo de dientes en agua. Debe estar húmedo, no goteando. Tome la punta del palillo de dientes y pise un par de sus semillas, deben pegarse al palillo de dientes sin caerse.
  3. 3 Una vez que se hayan pegado entre cinco y siete semillas al palillo, sostenga el palillo sobre la taza llena de tierra. Mueva la parte superior del palillo de dientes (no las semillas) con su dedo medio o índice. Las semillas de fresa deben caerse y dispersarse en la taza.
    • Hacer no empuja las semillas hacia abajo.
  4. 4 Repita varias veces hasta que todas las semillas estén en la taza llena de tierra (o recipiente).

Parte tres de tres:
Ayudando a las semillas a crecer

  1. 1 Llena una taza de agua un tercio del camino. Agregue dos tercios de peróxido de hidrógeno.
  2. 2 Agitar la mezcla. Sumerja el palillo de dientes en esta solución. Luego gotee un poco de la solución sobre las semillas. Esto los ayudará a crecer, ya que el peróxido de hidrógeno es un oxidante natural.
    • Nota: No es necesario que haga esto todos los días; cada dos días está bien hasta que las semillas hayan brotado, y una vez por semana es todo lo que necesita.
  3. 3 Riega el suelo suavemente. No exagere el riego o las semillas se ahogarán y se pueden poner mohosas. Mantenga el suelo húmedo pero no mojado, riegándolo una o dos veces por semana.
  4. 4 Coloque el recipiente en un lugar cálido donde haya suficiente luz solar para que las semillas germinen.
  5. 5 Espera hasta que broten las semillas. En unos días, las semillas deberían haber germinado. Si toman suficientes plantas, puedes transplantarlas después de algunas semanas, en macetas separadas.
  6. 6 Sigue atendiendo a las fresas. Cuando las plantas crecen lo suficiente, se formará fruta y la planta deberá germinar algunas deliciosas fresas para que comas.