El abuso infantil es un miedo que comparten la mayoría de los padres, pero usted puede ayudarlo y ayudarlo a prevenirlo. Enséñele a su hijo cómo establecer y hacer cumplir sus límites, e indíquele que busque ayuda si alguien los hace sentir incómodos. Explique las formas de abuso físico, emocional y sexual, pero trate de evitar atemorizar a su hijo. Haz tu mejor esfuerzo para mantener una relación abierta y honesta con los demás. Si deja en claro que valora lo que piensa su hijo, será más probable que confíe en usted si alguna vez tiene un problema.
Parte uno de cuatro:
Enseñando a su hijo sobre los límites
- 1 Dígales a sus hijos que se debe respetar el espacio personal. Explique que a veces las personas no quieren que lo toquen, incluso si se trata de un golpecito en el hombro. Dígale a su hijo que si no quieren que lo toquen, tienen derecho a decir que no. Mencione que si alguien más no quiere ser tocado, su hijo también debe respetar sus deseos.[1]
- Comience la conversación con su niño pequeño y refuerce la necesidad de respetar el espacio personal a medida que maduran. Un golpe en el hombro difícilmente califica como abuso, pero saber cómo establecer límites personales puede ayudar a sus hijos a evitar situaciones potencialmente abusivas en el futuro.
- Deje en claro que esto se aplica a todas las partes de su cuerpo, no solo a sus partes privadas. Todas las formas de contacto requieren consentimiento, incluyendo hurgar, abrazar, burlar o sostener la mano.
- Intenta usar muñecas para demostrar tu punto. Por ejemplo, una muñeca puede golpear a la otra repetidamente, y la que está siendo golpeada podría decir: "Por favor déjame en paz" o "Por favor, para". No quiero que me toquen ".
- 2 Enseñe a su hijo sobre partes del cuerpo privadas temprano. Explique qué partes privadas son para su niño pequeño o preescolar. Dígales que nadie debe ver ni tocar sus partes privadas más que usted, otro cuidador o un médico. Asegúrese de que entiendan que un médico puede revisar su cuerpo mientras está allí, pero nadie más debe tocarlos, incluso si dicen que son médicos.[2]
- Dígales que está bien para usted o su niñera cambiarles el pañal, bañarlos o ayudarlos a cambiarse de ropa, pero ese es el único momento en que cualquiera debería ver sus partes privadas.
- Usar la terminología adecuada, como el pene y la vagina, puede ayudar a que hablar sobre partes privadas sea menos embarazoso. Sentirse cómodo al usar estas palabras podría ayudar a su hijo a hablar claramente si algo sucede.
- 3 Deje en claro que nunca está bien lastimar a los demás. Explíquele que pegar, tirar del pelo, patear, morder y empujar no está bien porque lastima a los demás. Sé firme y corrige a tu hijo si daña físicamente a otra persona. Dígales que si alguien trata de lastimarlos, o si ven que alguien está lastimando a otra persona, deben decírselo a un adulto.[3]
- Mientras que los niños pueden luchar o ser rudos, debes supervisarlos, recordarles que sean gentiles e intervenir si empiezan a golpear, morder, arañar o de lo contrario son demasiado alborotadores.
- Deje en claro que deben dejar de jugar si la otra persona quiere que se detengan. Explique que hay una diferencia entre los juegos bruscos consensuales, como los deportes de contacto, y el abuso no consentido, como pegarle a alguien que quiere que lo dejen en paz.
- 4 Intervenga si su hijo no aplica sus límites. Alrededor de la edad en la que pueden hablar, deje que su hijo elija si quiere que los demás lo abrazen, lo besen o lo abrazen. Deles la oportunidad de decir lo que piensan si se sienten incómodos, pero intervenga si tienen problemas o si la otra persona los ignora.[4]
- Por ejemplo, diga: "Stella, deja de jugar con el cabello de Mariana. Ella le pidió dos veces que lo detuviera, y debe respetar eso ", o" Nana, le estoy enseñando a George sobre establecer límites. Si dice que no le gustan los besos en la mejilla, por favor no lo beses en la mejilla ".
- Del mismo modo, ofrézcale a su hijo elogios específicos cuando los vea establecer sus propios límites. Hágales saber: "Realmente me gustó la forma en que le dije a Nana que no te sientes cómodo con los besos en la mejilla. ¡Fue muy valiente de tu parte!"
- 5 Anime a su hijo a ser asertivo. Cuando su hijo haga cumplir sus límites, diga: "Buen trabajo diciéndole a tu hermano lo que querías" o "Gracias por decirme que no te gusta que te abracen mientras comes". Esto le permite a su hijo saber que es un es bueno hablar cuando están incómodos.[5]
- Además, intente que su niño en edad preescolar o en edad preescolar pida su propia comida en los restaurantes, o cuente el cambio que recibe de los cajeros en las tiendas. Darle a su hijo un sentido de agencia puede ayudarlo a empoderarlo para hacer cumplir sus límites.[6]
- 6 Dígale a su hijo que no deben guardar secretos de usted. Explique que un adulto u otro niño no debería pedirles que le oculten sus secretos. Mencione que es especialmente importante decirle si alguien les pide que guarden un secreto sobre tocar, lastimar o intimidar.[7]
- Diga: "Si un adulto u otro niño te toca, te hiere o te hace sentir incómodo y te dice que lo mantengas en secreto, busca ayuda". Dígame, un maestro u otro adulto cercano ".
- Además, dígale a su hijo que deben decirle si otra persona ha sido tocada, lastimada o intimidada.
- 7 Establezca y respete las reglas de privacidad en su hogar. Establezca una regla de la casa para golpear antes de ingresar a las habitaciones y los baños. Si su hijo tiene la edad suficiente para vestirse, déjelos vestirse y desvestirse en privado.[8]
- Establecer reglas de privacidad en el hogar puede ayudar a reforzar la necesidad de respetar los límites.
- Ayude a sus hijos a comprender mejor la privacidad utilizándola en contexto para demostrar los momentos en que la privacidad es socialmente aceptable.Por ejemplo, puede decir que necesita un poco de privacidad cuando va al baño.
Parte dos de cuatro:
Explicando el abuso a tus hijos
- 1 Describe situaciones potencialmente inseguras de una manera no amenazante. Enséñeles a reconocer signos de peligro e indíqueles que busquen ayuda si alguien los hace sentir incómodos. Si bien quieres darles información, trata de mantener el tono suave y práctico para evitar asustarlos.[9]
- Tenga la conversación temprano, como cuando su hijo tiene 3 o 4 años. Puede ayudar a simplificar los términos; recuérdeles que las partes privadas son privadas, dígales que no hablen con extraños y dígales que busquen un adulto de confianza si necesitan ayuda. Vuelve al tema y agrega más detalles a medida que vayan madurando.
- Diga: "Hay algunas personas que pueden hablar mucho sobre áreas privadas, quieren tocar sus partes privadas o mostrarle las suyas. Un extraño puede actuar amigablemente, ofrecer dulces y juguetes y pedirle que se suba a su automóvil. Es posible que quieran lastimarte incluso si actúan bien, por lo que es importante decir que no y obtener ayuda ".
- 2 Adviértales que se mantengan alejados de los extraños. Indique a su hijo más pequeño que se mantenga cerca cuando salga en público (o cuando salga con otro adulto). Si su hijo va solo a la escuela o a la casa de sus amigos, dígales que permanezcan en grupos siempre que sea posible, que no vayan solo a áreas desconocidas y que no hablen con extraños.[10]
- Si un extraño se acerca a ellos o parece estar siguiéndolos, dígales que vayan a un área bien iluminada con tráfico de peatones o automóviles.
- Si tienen un teléfono celular, deben llamarlo a usted u otro adulto de confianza, dar su ubicación y describir a la persona que los hace sentir incómodos. Si se sienten verdaderamente amenazados, indíqueles que llamen a los servicios de emergencia.
- 3 Enséñele a su hijo sobre la seguridad en línea. Si juegan videojuegos conectados a Internet, tienen un teléfono celular o usan las redes sociales, enfatiza la importancia de hablar solo con personas que conocen personalmente. Mantenga las computadoras, consolas de videojuegos y otros dispositivos conectados en áreas públicas de su hogar que sean muy visibles.[11]
- Dígales: "Cuando juegas a tu videojuego, está bien hablar con tus amigos o compañeros de clase. A veces, los adultos malos fingen ser niños, por lo que debes asegurarte de que ya has hecho amigos en persona antes de hablar con alguien por Internet ".
- Asegúrese de que su hijo sepa que nunca debe dar su apellido, su dirección o dónde van a la escuela en línea. Anímalos a utilizar la comunicación en línea principalmente para comunicarse con amigos que ya conocen en la vida real.
- 4 Discuta el consentimiento a medida que su hijo madure. A medida que su hijo crezca, continúe insistiendo en la importancia del contacto consensuado. Hable con su preadolescente o adolescente sobre cómo podrían querer tocar a otra persona de forma sexual. Enfatice que estos impulsos son parte del crecimiento, y enfatice que cualquier forma de contacto solo está bien si ambos socios dan su consentimiento.[12]
- Mencione si alguien dice que sí al principio, pero se siente incómodo y cambia de opinión, ya no dan su consentimiento.
- Hágales saber que, si bien estos sentimientos son normales, ser sexualmente activo es arriesgado y que deben esperar hasta que sean mayores y tengan una relación amorosa y comprometida.
- 5 Explique que los adultos también pueden ser abusadores. Así como está mal cuando los niños se pegan o se llaman entre ellos, es incorrecto que los adultos les hagan esto a niños u otros adultos. Deje en claro que esto es culpa del perpetrador, no de la víctima, y que nadie debería tener que aguantar a un matón adulto.[13]
- Diga: "Si un adulto te pega o te llama con malas intenciones, eso no está bien". Dígame a mí o a alguien en quien confíe si eso sucede ".
- 6 Enséñeles cómo salir de una situación incómoda. Explique que si otra persona toca o habla de sus partes privadas, las presiona o las incomoda, deberían decir que no y tratar de llegar a un lugar seguro. Dígales que hagan todo lo posible para alejarse de la persona y contarle a un adulto en el que confíen lo antes posible.[14]
- Pídale a su hijo que identifique a varios adultos de confianza que conozca, como maestros, familiares cercanos o parientes. De esa forma, sabrán a quién pueden recurrir en diversos entornos.
Parte tres de cuatro:
Mantener a su hijo seguro
- 1 Tómese el tiempo para escuchar activamente a su hijo. Es importante comunicarse y comprender cómo se sienten y qué quieren. Haga preguntas abiertas, como "¿Qué pasó en la escuela hoy?" Y "¿Qué le hizo sentir eso?" Guarde las distracciones, bríndeles toda su atención y demuéstreles que están escuchando haciendo contacto visual, asintiendo con la cabeza y respondiendo[15]
- Las preguntas abiertas, en oposición a las preguntas de sí o no, son formas más efectivas de iniciar una conversación de calidad.
- Si su hijo se siente seguro acudiendo a usted con problemas más pequeños, es probable que se sientan seguros de que se acerquen a usted con otros más grandes.
- 2 Participe en actividades en su guardería o escuela. Mantenerse involucrado en la vida de su hijo es una de las mejores maneras de prevenir el abuso fuera del hogar. Conozca a sus maestros, entrenadores y cualquier otro adulto que interactúe con su hijo.[16]
- A veces, los comportamientos sospechosos son obvios, como tocarse excesivamente (incluso si son platónicos), prestar especial atención individual a un niño y enviar mensajes de texto o llamar a un niño con regularidad. Sin embargo, tenga en cuenta que muchos abusadores no muestran ningún signo externo.
- Además, es bueno mantener la guardia alta, pero recuerde que la gran mayoría de las personas que cuidan a niños no son abusivas.[17]
- 3 Tenga en cuenta a los adultos que le presten atención especial a su hijo. Cualquier maestro o entrenador que desee darle a su hijo un tiempo de 1-a-1 debe hacerlo en un ambiente altamente visible después de obtener su consentimiento.Tome nota de cualquier persona que le ofrezca a su hijo juguetes especiales o los toque con frecuencia de forma amistosa y aparentemente inocente (como frotar los hombros o dar palmadas en la espalda).[18]
- Los signos sospechosos no son garantía de que se esté abusando de su hijo. Sin embargo, si le preocupa, puede preguntarle a su hijo o limitar el contacto con el adulto.
- 4 Controle el uso de tecnología de su hijo. Evite dejar que su hijo tenga una computadora en su dormitorio y mantenga las computadoras en áreas públicas y altamente visibles. Establezca como regla que deben dejar su teléfono celular en un área común durante la noche en lugar de llevarlo a la cama con ellos.[19]
- Si tiene un adolescente, tiene derecho a mantener sus correos electrónicos, mensajes de texto y contraseña en privado, a menos que haya evidencia de que están en peligro o violando la ley. Sin embargo, si utilizan las redes sociales, debe hacer que lo agreguen como amigo y vigilen su actividad.
- 5 Busque señales de que un niño ha sido abusado. Los signos pueden incluir cambios repentinos en el estado de ánimo, la tristeza o la ira, problemas en la escuela, abandono de actividades y relaciones, o participar en conductas de riesgo. Otra evidencia puede incluir más conocimiento sobre sexo de lo que es normal para su edad y marcas físicas, como cortes o hematomas inusuales.[20]
- Puede ser difícil distinguir entre los signos de abuso infantil y los rasguños o malhumor normales. Si le preocupa, hable con su hijo o programe una cita con su pediatra.
Parte cuatro de cuatro:
Manejo de sospecha de abuso
- 1 Pregúntele a su hijo directa y suavemente si nota que algo anda mal. Si le preocupa su hijo, guárdelo en un lugar privado. Pregúntele suavemente si sucedió algo; sea sensible, pero sea directo y haga preguntas específicas. Preguntar sobre formas específicas de abuso puede ayudarles a sentirse más cómodos hablando de ello.[21]
- Si su estado de ánimo ha cambiado, podría preguntar: "Pareces muy triste y retraído últimamente. ¿Te gustaría hablar conmigo sobre lo que está pasando?
- Si sospecha de abuso sexual, podría preguntar: "¿Alguien tocó sus partes íntimas (o usó palabras específicas, como el pene o la vagina)? Sabes que no es tu culpa si alguien te tocó de manera inapropiada ".
- Podrías preguntar: "Veo un gran hematoma en tu brazo. ¿Alguien te golpeó?
- Intenta medir la reacción de tu hijo. Si confirman sus sospechas, o si responden de manera reservada o se emocionan, es hora de llamar a los servicios de emergencia, ponerse en contacto con su pediatra o ponerse en contacto con un psicólogo infantil con licencia.
- 2 Mantenga la calma y no amenace a un presunto abusador. Es normal sentir una ola de emociones difíciles, que incluyen enojo, conmoción y miedo. Tome una respiración profunda, y trate de mantener su temperamento bajo control. No contacte al presunto abusador, no lo amenace o tome la ley en sus propias manos.[22]
- Recuerde que hay un proceso legal adecuado a seguir. Tomar las cosas en sus manos puede hacer más daño que bien.
- 3 Haga hincapié en que su hijo no hizo nada malo. Dígale a su hijo que está contento de que hayan sido honestos con usted, e hicieron lo correcto. Recuérdeles cuán valientes son para manejar esto, y enfatice que nada de eso es su culpa.[23]
- Ofrezca amor y consuelo continuos. Recuérdele a su hijo cuánto los ama, sea paciente con ellos y déjelos que se acerquen a usted cuando estén molestos.
- 4 Lleve a su hijo al hospital o llame a una línea directa de emergencia. Explique a su hijo que esto es importante y que debe ser informado a las autoridades. Llame a la policía y lleve a su hijo al hospital o al pediatra para que examine los signos de abuso y, si es necesario, registre evidencia física.[24]
- Intente llamar a una línea directa de abuso infantil para averiguar los pasos que debe seguir para cuidar a su hijo e informar al abusador. En los EE. UU. Y Canadá, llame a Childhelp National Child Abuse al 1-800-422-4453.
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